Hoy os traigo receta dulce para hacer menos amargo el mes de enero Pastelitos de limón.

En mi último cumpleaños recibí dos regalos relacionados con la cocina, un horno nuevo (para suplantar el de casa que estaba estropeado desde hacía meses) y un libro de cocina un poquito especial. Se trataba del libro de cocina Festín de Hielo y Fuego, libro que recopila las recetas de los platos y bebidas que aparecen en los libros Juego de tronos.

El libro me encantó por dos motivos. El primero es porque soy lectora de la saga de libros, y su escritor describe los banquetes y comilonas de tal manera que ahora podré cocinarlos para mi y saborearlos además de imaginarlos. El segundo es porque de la mayoría de las recetas vienen dos versiones, la receta antigua (casi que medieval) y la receta moderna y adaptada a nuestros tiempos. Me parece curioso y tengo ganas de ir haciendo ambas versiones para comparar

Como el horno tardó en llegar, porque mi indecisión sobre el modelo a elegir era tremenda, tampoco pude estrenar el libro pues la mayoría de las recetas son de horno. Así que hasta esta semana pasada no pude iniciarme en la cocina de Juego de tronos, y la receta elegida fue la de Pastelitos de limón, esos dulces de Desembarco de rey que tanto le gustan a Sansa Stark.

Me decanté por la versión antigua, y han resultado ser unos pastelitos tipo galletitas, super sabrosos. Tras el éxito que han causado, os traigo la receta para que podáis hacerlos en casa.

Ingredientes:

– 2 tazas y media de harina

– 2 tazas de azúcar

– 6 cucharadas de mantequilla sin sal

– Ralladura de piel de 2 limones

– 1 huevo completo, y 2 yemas

. Para el glaseado: azúcar glas y un poco de leche

La preparación es bien sencilla, tendremos que poner todos los ingredientes en un bol y mezclar poco a poco hasta hacer una masa homogénea y compacta. De todos modos, yo fui mezclando poco a poco, con ayuda de la Kitchen Aid. En primer lugar mezclé la mantequilla con el azúcar, que es lo que más cuesta, y cuando la mezcla estaba integrada, añadí los huevos y yemas poco a poco, la ralladura y por último la harina.

Cuando la masa está lista, tendremos que hacer bolitas con las manos, del tamaño deseado. Yo las hice un poquito más pequeñas que las pelotas de golf, pero todo depende del tamaño que queráis los pastelitos. Sobre la bandeja de horno, colocaremos un papel de hornear y pondremos las bolitas, separadas entre si, para que no se choquen al derretirse. Hornearemos a 180 grados unos 15 minutos.

Veremos como poco a poco las bolitas empiezan a perder su forma y terminan siendo unas tortitas. Cuando ya estén un poco doradas, las sacaremos y dejaremos enfriar sobre una rejilla.

Para decorar se preparará glaseado. Para ello se mezcla azúcar glass con leche, y se crea una pasta semi líquida que se pone sobre los pastelitos fríos.  He de decir que a mi no me quedó como la foto, porque los pastelitos absorbieron la glasa, pero aun así los pasteles estaban riquísimos.

Espero que la receta os guste y la pongáis en práctica este fin de semana, y que nos mandéis fotitos para ver el resultado.

Un besito y buen fin de semana a todos

M.