Estos días he estado haciendo muchos planes y casi todos relacionados con la playa. Es cierto que es lo típico, ya que estoy en la costa, pero últimamente me he animado a conocer más en profundidad otros sitios y la verdad es que estoy encantada.

Un amigo me propuso el otro día dar un paseo por Vejer y la verdad es que me alegro muchísimo de haberle hecho caso. La mayoría de vosotras no habréis oído nunca hablar de este pueblecito pero seguro que si bicheáis un poco estaréis de acuerdo conmigo en que es una maravilla!! Vejer está en la cima de una montaña, es más conocido por que está súper cerca de el Palmar (así seguro que os hacéis una idea de por dónde queda). El enclave es increíble, desde que lo ves antes de subir puedes imaginar que se trata de un sitio especial, ya que está en el borde de una montaña.

Se trata de un pueblo blanco, de los que ya quedan pocos, con mucha historia y muchísimo ambiente. Cada uno de sus rincones está cuidado hasta el más mínimo detalle. Todo, absolutamente todo, es blanco; en cada esquina hay plantas que adornan como buganvillas o geranios; las tiendas, de artesanía por supuesto, abren hasta  tarde; cada bar o terraza puede esconder sorpresas como mantener la estructura de un antiguo teatro o tener un patio con vistas… Todos estos detalles, por supuesto, atraen a un montón de gente con un estilazo y hacen de Vejer un punto de encuentro para personas de distintos puntos del mundo.

Yo conozco este pueblo hace mucho tiempo, pero en esta última visita he conocido rincones que me han hecho darme cuenta de que estoy totalmente enamorada de ese lugar y de que nuestra historia juntos no ha hecho más que empezar.

Sé que todos los que nos seguís sois unos apasionados de lo artesanal, lo único, lo que tiene ese regusto a lo bien que se hacían las cosas antes, por eso estoy convencida de que os encantaría Vejer.

Aquí os enseño algunas de las fotos que hice ( con los pocos medios que tengo aquí )