Es tradición comenzar la mañana del Domingo de Ramos con la bendición de palmas y ramas de olivo en muchas parroquias de Sevilla. Muchas de estas palmas se trenzan de manera artesanal y tras ser utilizadas en la procesión se colocan en balcones aportando esplendor a la ciudad.
Desde pequeña sentí curiosidad de como se conseguía dar este aspecto a las hojas de una palmera y por fin el año pasado tuve la oportunidad de hacer mi propia palma rizada gracias al taller que se organizó en la hermandad de la Macarena y tengo que decir que la experiencia fue muy gratificante y el resultado una magnifica y única palma que coloqué en mi balcón.
Este año ha sido mi hija Eugenia la que ha participado de esta experiencia y después nos hemos atrevido las dos en solitario a trenzar una para regalársela a mis padres.
Para que sepáis un poco más de esta tradición, os cuento que las palmas vienen de los palmerales de Helche declarados patrimonio de la humanidad, por eso solo pueden dedicar una parte de estas palmeras para esta tradición. Su color se debe a un proceso de privación de luz durante el crecimiento de la hoja y después de ser recolectadas son sometidas a un tratamiento de clasificación y lavado, para después ser trenzadas por las manos artesanas las semanas previas a la Semana Santa.
Esperemos que esta tradición artesanal no se pierda con el paso de los años, y que veamos por mucho tiempo los balcones de la ciudad engalanados con estas peculiares hojas de palmera trenzadas.
Un saludo
La gurú